miércoles, 3 de agosto de 2011

"Puede que la luna me convierta en lobo y pase de ser Caperucita"

Un mes. Tú allí y yo aquí. Me jodes, maduro y me hago la fuerte. Entonces me da por razonar, por prestarle más atención a la cabeza que al corazón.
Nunca me gusta tu juego, pero ahora lo encuentro divertido, ahora ¡quiero jugar! Me pongo a pensar, ¿será que he dejado de sentir? Quizás, no, sí, no sé. Hoy me he levantado con unas ganas locas de jugar a besarte y no amarte. Esta noche será decisiva. Puede que caiga la lluvia en los paraguas, o yo en tus brazos. No me he puesto a mirar las previsiones meteorológicas, pero ni mirándolas sabría decirte que sería más probable.
Ahora ya no, no quiero que me quieras, no quiero quererte, no quiero besos con amor, ni caricias con cariño. Eres mi droga, mi puta heroína, un placer más de la vida al que no me puedo desenganchar. Y como todo drogadicto, yo también necesito mi dosis de vez en cuando. Tengo mono de ti, al igual que tú de mí. Lo sé lo sabes, lo sabemos. Si nos separásemos y tras largos años nos volviésemos a encontrar siempre acabaríamos uno a menos de un centímetro del otro. Estamos destinados a eso, a comernos a besos, a hacernos volar.

Juro que no caeré en tus brazos hasta que la última parte de mi cuerpo se rinda de estar lejos de ti. Porque al igual que me das placer, me quitas vida, me matas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario