jueves, 16 de agosto de 2012

Las piernas se me enredan entre sábanas. Sábanas de sexo y pasión. De te como aquí y te muerdo allá. De reventarte a besos y besarte hasta reventar. De subir y bajar. De sacarte la lengua para que la cojas. De jugar al escondite sin esconderme. De jugar a entendernos sin ni siquiera rozarnos. De suspiros entre jadeos. De salivas que me recorren. De dueños que no me poseen. De manos que me buscan, me encuentran y tocan. De silencios tan altos que duele romperlos. De caricias que se repiten, una y otra, y otra vez. De ritmo descompasado. De cosquillas en mi punto débil y de mordiscos en tu oreja derecha. De guiños que incitan y respuestas que enloquecen. De provocaciones unidas a escalofríos. De frío sin ti. De gritos en la madrugada. De llamadas en la noche. De refugios entre colchones. De palabras a medio terminar. De tabúes nunca dichos. De miradas que hipnotizan. De subidas de temperatura en invierno. De si te quiero o si no. De si eres mío o si no. De ti, de mí. De nosotros. 

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